A excepción de las tres
primeras décadas del Siglo XX (con algunas pequeñas interrupciones como la de Oscar
Remigio Benavidez en 1914; y la de Augusto B. Leguía en 1919, cuando ya era
presidente electo), los periodos entre democracia y dictadura se han alternado
por lapsos casi uniformes de 10 años en promedio, adquiriendo casi una
regularidad de la que difícilmente podemos librarnos.
Dio inicio a las
interrupciones a la democracia en el Siglo XX, el golpe de Luis Sánchez Cerro
en 1930 (en contra del gobierno de Augusto B. Leguía), dictadura que se
prolongó hasta 1939 con la ayuda de Oscar Remigio Benavidez. Fue una dictadura
de 9 años.
Viene un periodo de democracia
que inicia Manuel Prado, en 1939, seguido de José Luis Bustamante hasta 1948, abarcando
un periodo de 9 años.
Manuel A. Odría representa la
segunda interrupción a la democracia en el Siglo XX, en el año 1948,
manteniéndose en el poder hasta 1956, dictadura conocida como “el ochenio de
Odría”.
Le sigue un periodo de 11 años
de democracia, con una interrupción de aproximadamente 1 año (repartido entre
los generales Pérez Godoy y Nicolás Lindley). Manuel Prado (1956-1962) y
Fernando Belaúnde (1963-1968; primer periodo), son los civiles que gobiernan
democráticamente el país hasta que el tímido “péndulo” aparece nuevamente
amenazando formar parte de nuestra idiosincrasia.
En 1968, se apertura una nueva
etapa de 12 años de dictadura militar, encabezada por Juan Velasco Alvarado en
la primera fase (1968-1975), y Francisco Morales Bermúdez, en la segunda
(1975-1980). Ambos, generales en
actividad del Ejército Peruano. Dictadura que finaliza con la elección del
Congreso Constituyente presidido por Víctor Raúl Haya de La Torre, y la elaboración
y aprobación de una Constitución Política en 1979.
El año 1980 indica el inicio
de otro periodo democrático con Fernando Belaunde en 1980 (segundo periodo),
seguido por Alan García (1985-1990) y Alberto Fujimori que asume el mando en
1990, para protagonizar 2 años después, en 1992, un hecho sui generis en el país: el autogolpe de Estado, inaugurando con él,
una dictadura cívico-militar que culminó con la elección de un Congreso
Constituyente y la aprobación de una Constitución Política en 1993 (actualmente
vigente).
No obstante, Alberto Fujimori
condujo y representó un gobierno “democrático” discursivamente, pero que en la
práctica fue una dictadura que capturó al Estado para dedicarlo al servicio de
particulares intereses que hasta la fecha el Poder Judicial está abocado a su
investigación y juzgamiento. El año 2000 Alberto Fujimori[1]
protagoniza otro hecho sui generis en
el país, al renunciar a la jefatura del estado por fax desde el continente
asiático. Generando un brevísimo gobierno de transición al mando de Valentín
Paniagua, hasta instalar nuevamente otro periodo democrático con Alejandro
Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011) y actualmente Ollanta Humala (desde
2011).
Lo que algunos llamarían “numerología”,
la línea del tiempo nos advierte que estaríamos ante la amenaza de un nuevo
golpe de Estado, si es que el péndulo de la democracia continúa operando tal y
como lo ha hecho desde 1930; y a raíz de la crisis generada por el caso de la
indebida seguridad policial a la casa de Oscar López Meneses[2],
que parece no ser un caso exclusivamente de corrupción policial, dado el
involucramiento de oficiales generales en un caso de contradicciones insólitas.
Democracia, dictadura, democracia, dictadura, democracia….
Es el péndulo de la democracia peruana, que forma parte ya de nuestra idiosincrasia
después de haber superado lo que Jorge Basadre llamaría los militarismos de
nuestra era republicana.
[1]
A la fecha, Alberto Fujimori está recluido en el penal de la DIROES (Dirección
de Operaciones Especiales de la Policía Nacional del Perú), cumplimento una
condena de 25 años de prisión impuesta por el tribunal que lo juzgó por autoría
mediata de crímenes de lesa humanidad.
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