jueves, 2 de julio de 2009

LAS NACIONES DEL PERÚ

El Perú, aquel territorio delimitado por unas líneas que reconoceríamos en cualquier mapa de América, es habitado por grupos humanos diferenciados entre sí. Es una patria que contiene varias decenas de naciones, no vinculadas entre ellas, más bien, muestran posturas irreconciliables. Más aún, cuando quienes, desde un privilegio concedido por el que llamaremos “Perú mayoritario” o costeño, para asumir la administración de sus intereses, pretende aplicar decisiones como si las personas afectadas, fueran o pertenecieran a grupos humanos homogéneos, y pero aún, como si aquellos grupos humanos fueran seres no pensantes o seres no racionales, o por constituir grupos minoritarios, carecieran del derecho fundamental de expresarse libremente. Desde el gobierno, entonces, se pretende aprobar medidas y aplicarlas sin considerar o ignorando los intereses diferenciados de todos los grupos afectos a dichas medidas. Para ello se afanan en tomar a la democracia, como un elemento que justificaría tales acciones gubernamentales. Con el discurso que en democracia, es menester “imponer” la voluntad de las mayorías, ninguneando a las minorías, ignoran u obvian descaradamente —por no decir, criminalmente— los intereses y anhelos, en suma, la cultura, de todos aquellos que conforman las llamadas “minorías”. Se contamina a la democracia con esas actitudes que generan mayor fragmentación social, y fomentan posturas que comienzan cuestionándola hasta llegar quizá a rechazarla y buscar una alternativa que la suplante. Considerar a la democracia como un mecanismo o como un estilo de vida que busca invisibilizar a las minorías, y si ello se hace desde una postura de poder político, es otorgarle cualidades que pertenecen o que le son propias a regímenes dictatoriales y tiranos y, por ende, criminales. El desconocer las diferencias culturales —las naciones— que habitan esta área geográfica que llamamos Perú, e intentar, mediante el uso de la fuerza pública (bien llamadas “fuerzas del orden” porque responden a las necesidades y demandas de un “orden” que no necesariamente toma en cuenta los intereses de los gobernados, y quizá ni siquiera, de los gobernantes, sino —y cada día los percibimos más claramente—, obedece a intereses ajenos y foráneos), este uso de la fuerza mella y crea heridas incurables, fragmentando aun mas a la sociedad que podríamos llamar “peruana”. En los sucesos de Bagua, donde los muertos aún no se han determinado ni todos los cadáveres se han encontrado, se ha evidenciado con toda claridad, las actitudes racistas, propias de un racismo criminal que en la historia ya ha quedado registrado con sus genocidios y hecatombes que la mayoría de seres racionales, hemos aprendido a abominarlo con todas nuestras fuerzas y sentimientos. Cuando el Jefe de Estado y Presidente de la República, a quien, nuestra Constitución Política le concede el papel de representar políticamente a la nación (entiéndase, a las naciones del Perú), se permite la crueldad de aludir a la presencia de ciudadanos de segunda clase, porque precisamente, son ciudadanos que expresan una cultura diferentes y hasta contradictoria a la cultura de la mayoría de ciudadanos que habitamos las áreas urbanas y, básicamente, la costa del país, y además, porque asumen una postura que discrepa y se enfrenta a las decisiones unilaterales de quienes, presumimos, los representan políticamente, es un Jefe de Estado, que está totalmente equivocado. Es un vil desatino. Pero dada la envergadura de su cargo, que no dudamos, lo ha obtenido gracias a la voluntad soberana de la ciudadanía expresada en las urnas, es una equivocación que hasta ahora ha costado dolorosas e inútiles muertes de compatriotas, sean estos hispanohablantes o no, uniformados o no, o como dirían nuestros salvajes conquistadores de hace 500 años, cristianos o no. Si bien el Mea culpa se ha dado públicamente, y acompañado de una pose y unos gestos de humildad y arrepentimiento, es necesario que aquellos se traduzcan en la promulgación de ciertas normas que penalicen próximos sucesos similares, en prevención de que vuelvan a suceder. (Artículo que publiqué en el Diario LA INDUSTRIA de Chiclayo, el día sábado 04 de julio de 2009)

7 comentarios:

  1. gracias, me sirvió para una tareaa

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  2. me encanto mucho y aprendi bastante.....................gracias muxxx0000

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  3. Gracias por sus comentarios. La democracia, nos permite ello.

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  4. mmmmmmmmmm q puedo decir no es lo q busco con exactitud
    pero esta wena la informacion ............:)

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