jueves, 25 de septiembre de 2014

LA TECNOLOGÍA CONTRA LAS ELECCIONES LIBRES



Por un lado, en nuestro país, el voto posee ‑debe poseer‑ 5 características: libre, personal, igual, obligatorio y secreto. Es necesario que cumpla con todas ellas para garantizar o considerar que la emisión del voto, el sufragio en sí, ha valido la pena, ha sido legítimo y concordante con los principios o exigencias de unas elecciones transparentes y democráticas.

Por otro lado, la emergencia del acceso y uso masificado de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), nos han permitido y nos está permitiendo un estilo de vida cada día más satisfactorio. Tareas domésticas, actividades académicas, responsabilidades laborales, y otros quehaceres recreativos, son ahora más satisfactorios, y nos permiten consumir menos tiempo que cuando lo hacíamos antes de su emergencia.

En el primer caso, disfrutamos de una estabilidad democrática, mal que bien, más saludable para el proceso de construcción de una convivencia humana más próspera y en camino a la equidad universal, sino a la justicia social ‑aunque para Drucker era nada más que una utopía‑.

En el segundo caso, la vida cotidiana se nos ha hecho más ligera, tanto en el ámbito privado como en el público. Entre otras cosas, porque han derrumbado las fronteras, al menos, las físicas; nos falta aún, derrumbar las fronteras ideológicas que también son tan inhumanas y mortales como las primeras, pero estamos involucrados en esa tarea.

No obstante, las TIC están logrando que el voto pierda la característica de secreto. ¿Cómo? El ciudadano elector ingresa a la cámara secreta y fotografía su voto, de esta manera da fe del voto que ha emitido, de la opción que ha marcado, y puede cobrar la compensación que le ofrecieron. Por supuesto, una forma más fácil y menos costosa de “comprar” votos.

En un país como el nuestro, donde muchas personas difícilmente pueden tener en sus manos un billete de 20 o 50 dólares por ejemplo, sería bastante gratificante obtenerlo a cambio de vender su voto. ¿Cómo evidencia o cumple con la venta? Con una fotografía tomada por ella misma, en la cámara secreta.


Aún está empezando este negocio, ¿hacia dónde nos llevará? Obviamente, a cualquier otra parte que no sea una democracia saludable y consolidada como la que soñamos desde hace muchas décadas.

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