viernes, 3 de abril de 2009

EL DISCURSO DE LA INOCENCIA

No recordar fechas, manifestar dudas, desconocer posibles actos del pasado, negar o no reafirmarse en declaraciones anteriores, y hasta guardar silencio o negarse a declarar, forman parte del discurso de la inocencia que sostienen hasta hoy, varios involucrados –en calidad de testigos– en el proceso que se le sigue al ex presidente Alberto Fujimori, después de extraditarlo de la hermana republica de Chile, el día 22 de setiembre del año 2007. El acusado, Alberto Fujimori, como observó todo el país, vociferó su inocencia desde el primer día de su juzgamiento. "No he conocido planes de una guerra de baja intensidad, no he conocido ni he tenido contacto con el plan Cipango" comentó Alberto Fujimori en la audiencia del día lunes 07 de abril, luego de obtener el permiso respectivo de la Sala Suprema, que lo juzga por delitos de violación a los derechos humanos. Esto se suma a su total desconocimiento del llamado destacamento Colina, y de sus operaciones clandestinas e ilegales que realizaba. Mucho menos, ha conocido planes referidos a una guerra de baja intensidad, ni recibió directivas del Estado norteamericano en ese sentido, refirió. Todo ello, fue en respuesta a las declaraciones que Martin Rivas ofreció en años anteriores al periodista Humberto Jara, y que la Sala pudo observar en un vídeo que éste entregó, en calidad de testigo, en el citado juicio. Este proceso que la población está siguiendo con atención y observando detenidamente las reacciones y comportamientos de las partes participantes, está otorgando diversas sorpresas. Martin Rivas, por ejemplo, negó todo lo expresado en sus entrevistas grabadas, señalando que todo era un ensayo. Jesús Sosa Saavedra, alias “Kerosene” y ex agente de inteligencia (recientemente capturado), en una declaración filmada, meses atrás, afirma que desconocía si Fujimori sabía o no de la existencia y operatividad del grupo Colina, y que el único que podía afirmar con certeza esa realidad, era el ex comandante general del Ejército, recluido en un penal de máxima seguridad, Nicolás De Bari Hermoza Ríos. Luego, después de su captura, y ante la insistencia de la prensa, pudo declarar que Fujimori no sabía nada del destacamento Colina, el que perpetró varias ejecuciones extrajudiciales en su lucha contra el terrorismo que en esos años –muchos especialistas sostienen–, mantenía en jaque al Estado peruano. Como lo manifestó el fiscal adjunto Avelino Guillén, en una entrevista periodística, si Sosa no puede ni tiene pruebas para sustentar la culpabilidad del acusado Fujimori, tampoco las tiene para sustentar su inocencia. Las contradicciones, van y vienen, de parte de los testigos que van desfilando por la Sala que juzga al ex presidente. Estos vaivenes contradictorios afectan directamente al abogado del acusado Fujimori. A veces muestra optimismo, otras veces, extrañeza. Después de conocer la sentencia que emitió la Primera Sala Penal Especial, presidida por la vocal superior Inés Villa Bonilla, el día martes 08 de abril, a los ex integrantes del grupo Colina por el caso de la Cantuta, Cesar Nakasaki, abogado de Fujimori, declaró que “es un trampolín que alguien ha creado para llegar a Alberto Fujimori”. De forma parecida comentó el congresista Rolando Souza, sobre dicha sentencia emitida al grupo Colina, y básicamente se refirió a los 35 años de prisión que se le ha dado al general EP (r) Julio Salazar Monroe, ex jefe del SIN. Según Souza, mediante esta sentencia se quiere incriminar a Fujimori en las actividades del grupo Colina, y así inclinar la sentencia en su contra. Por su parte, el fiscal supremo, José Peláez, declaró que esta sentencia marca un precedente en el proceso que se le sigue al ex presidente Alberto Fujimori, porque se trata de los mismos hechos. Algunos han considerado que lo importante de esta sentencia, es que reconoce la existencia del destacamento Colina, sus actividades ilícitas y clandestinas, y su pertenencia al Ejercito Peruano. En consecuencia, ya nadie podría sostener lo contrario, con tanta facilidad y ligereza como se ha venido sosteniendo hasta ahora. Se sabe que en esta lectura de sentencia, no están comprendidos Vladimiro Montesinos Torres, Nicolás De Bari Hermoza Ríos, ni Enrique Santiago Martín Rivas. También se sabe de la absolución de otros ex miembros del Ejército, acusados por lo mismo: Manuel Hinojosa, Aquilino Portella, Carlos Miranda, y Julio Rodríguez. Se ha podido observar que la estrategia de la defensa de Fujimori, gira en torno a que no hay hasta ahora, un documento oficial firmado por el acusado, en el cual se ordene aplicar la denominada “guerra de baja intensidad”, también conocida como “guerra sucia”. En tanto ello no aparezca, la inocencia de su cliente, está intacta. Pero Humberto Jara, explicó que los documentos de inteligencia y todos aquellos que obedecen a políticas clandestinas, y por lo tanto, ilegales, utilizan siempre un lenguaje “metafórico”. Y Martin Rivas, se refiere así: “La inteligencia es una actividad clandestina. Es clandestina y definitivamente todas sus labores son clandestinas” enfatiza en una de las entrevistas filmadas por el periodista Humberto Jara. Aun falta la declaración de varios testigos y sólo se espera que cada uno de ellos, sea honesto a la verdad de los hechos de tal manera que se logre una sentencia de acuerdo a la ley, y que las partes involucradas, por el bien del país, admitan la equidad de la misma. Y que años después, no volvamos a escuchar declaraciones tan impactantes e indeseadas como la de Martin Rivas, quien en una entrevista filmada, señala que en una guerra "quienes sufren las mayores consecuencias son las mujeres, niños y ancianos que no tienen que ver con un enfrentamiento bélico”. (Artículo que publiqué en la página política del suplemento DOMINICAL del diario LA INDUSTRIA de Chiclayo del día 13 de abril del año 2008)

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