viernes, 3 de abril de 2009

JUICIO A FUJIMORI

Después de un tiempo de espera, y en medio de posturas encontradas entre diversos sectores de la población, se reanudó el juzgamiento al ex presidente Alberto Fujimori, que muchos ya lo han catalogado como un juicio histórico, que marcará un precedente en la historia de nuestro país. Este juicio se lleva a cabo en la Sala de Audiencias acondicionada en la sede de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes), en el distrito de Ate Vitarte, Lima. En el primer caso, conocido como el de “Allanamiento ilegal” en la casa de Trinidad Becerra, esposa del ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos Torres, recibió una condena de 6 años de prisión y el pago de una reparación civil de 400 mil nuevos soles. En el segundo caso, considerado el caso emblemático, que es por violación a los derechos humanos (matanza en Barrios Altos y la Cantuta, así como el secuestro del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer en el denominado caso Sótanos del SIE), el fiscal ha solicitado 30 años de prisión y el pago de una reparación civil de 34 millones de dólares. Recordemos que en su informe final, la CVR, señala que “durante los dos períodos de gobierno de Alberto Fujimori, y particularmente desde el 5 de abril de 1992, se encuentra una relación funcional entre poder político y conducta criminal”. Y en su conclusión general número 100, dice: “La CVR posee indicios razonables para afirmar que el presidente Alberto Fujimori, su asesor Vladimiro Montesinos y altos funcionarios del SIN tienen responsabilidad penal por los asesinatos, desapariciones forzadas y masacres perpetradas por el escuadrón de la muerte denominado «Colina»”. "Actuó por venganza, aplicó la ley de Talión, el ojo por ojo, la guerra sucia, ordenó la eliminación física de personas”, acusó el fiscal a Fujimori, Éste, en tono enérgico y realizando ademanes exaltados, rechazó la acusación fiscal, gritando: “Soy inocente y no acepto esta acusación”, obligando a que el presidente de la sala dijera más de una vez “yo soy el que mando aquí”, para que retorne el orden en la sala, solicitándole que respete las directivas del tribunal. Horas después, el juez decidió suspender el juicio hasta el día miércoles 12, porque Fujimori sufrió una crisis de hipertensión, debido a su acalorada reacción, aclamando su inocencia. “Le puedo dar una respuesta clara e indubitable: No, nunca, jamás”, respondió Fujimori tajantemente frente a la pregunta del fiscal supremo José Peláez, si conocía al grupo paramilitar Colina. Muchas de sus respuestas se limitaron a señalar su poca memoria sobre sucesos o decisiones concernientes a su periodo de gobierno. Incluso, dijo no recordar quien le presentó a Vladimiro Montesinos, a quien acudió no sólo por ser un experto en inteligencia, sino un abogado que le brindó sus servicios legales “con resultados exitosos”. Referente al caso de Barrios Altos, indicó que no le llamó mucho la atención, porque sus ojos estaban puestos en otros casos similares en diferentes localidades del país. Agregó que no es el indicado para ordenar investigar casos como esos. Luego señaló firmemente, que él no daba órdenes, sino, que tomaba decisiones políticas para aplicar directivas. “Yo daba directivas para hacer, en este caso, una inteligencia efectiva”, afirmó, indicando también que despachaba en horas de la madrugada. No han faltado quienes han celebrado esta reacción impetuosa de Fujimori en la sala de juzgamiento y han declarado públicamente su encanto y satisfacción, como es el caso de la congresista Keiko Fujimori (hija del acusado); Martha Hildebrant, parlamentaria fujimorista; el congresista Carlos Raffo (quien ha señalado que es una victoria pírrica del terrorismo, aludiendo a la sentencia de 6 años de prisión); entre otros. Y para el director ejecutivo de APRODEH, Miguel Jugo, esta reacción de Fujimori fue “violenta y desesperada” No todos están conformes y aprueban la realización del juicio a Fujimori. La parlamentaria Martha Moyano, coincidiendo con el Ministro Rafael Rey y con el congresista Rolando Souza, ha señalado que “los jueces se asustan por la presión mediática”; y Keiko Fujimori, después de oír la sentencia ha dicho que “antes era una persecución política, ahora es una persecución judicial”. Pero, Jo-Marie Burt, representante de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos y observadora internacional del juicio a Fujimori, discrepó con las declaraciones de la congresista Keiko, señalando que "el proceso se está llevando a cabo de manera imparcial y transparente”; además, señaló que no sorprende que Fujimori quiera politizar el juicio, porque su intención ha sido, desde un inicio, evadir la justicia. Las miradas están puestas no sólo en Fujimori y en su defensa (el abogado Cesar Nakasaki), sino, en el juez Cesar San Martín, presidente de la Sala. Para Julio Rodríguez, experto en derecho penal, el juez San Martín es el responsable de garantizar el debido proceso, y en su opinión, “debe ser el mejor magistrado en el Perú en cuanto a vocación, formación y conocimiento, lo cual dará a las partes una garantía de imparcialidad”. Algo relevante y que puede resumir la esperanza y expectativa de la ciudadanía, ante el desenlace de este juicio que es seguido por la comunidad internacional, es la petición del fiscal José Peláez, en un momento de su intervención: "Sólo le pido al tribunal que aplique la justicia, para que no se vuelvan a repetir los hechos que son materia de juzgamiento", aseveró. (Artículo que publiqué en la página política del suplemento DOMINICAL del diario LA INDUSTRIA de Chiclayo del día 16 de diciembre del año 2007)

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