jueves, 21 de mayo de 2009

AUTORES Y LECTORES: Un enfoque desde la teoría de las Inteligencias Múltiples

“Si bien el lenguaje puede ser transmitido por medio del gesto y la escritura, en esencia sigue siendo producto del tracto vocal y un mensaje para el oído humano.” Howard Gardner Considero necesario, en primer lugar, señalar los móviles que me sugirieron elegir este tema. En calidad de aficionado al quehacer literario, he podido percibir la principal preocupación de quienes —como yo— realizan actividades que se enmarcan dentro de las denominadas “creaciones literarias”, y tiene que ver con la muy poca o casi nula asistencia a eventos de esa índole. Llámense recitales, conversatorios, encuentros, debates, etc., los asistentes, salvo poquísimas excepciones, son personas que pertenecen a ese círculo pequeño de escritores, poetas, dramaturgos, músicos, pintores, escultores y de toda aquella persona que de una u otra manera ha creado o mantiene cierta relación o acercamiento con alguna o varias de ese tipo de personas. Repito, salvo rarísimas excepciones. Es así que, después de que la Teoría de las Inteligencias Múltiples —del psicopedagogo norteamericano Howard Gardner, publicada en el año 1983— se hiciera conocida y adquiriera cierto respeto y atención por parte de muchos académicos y psicopedagogos en diversas partes del mundo, he podido entender y explicarme, el por qué de la poca asistencia a eventos que he señalado al inicio. En ese sentido, me adelanto en sugerir a quienes se preocupan sobremanera por este fenómeno, que no hay de qué preocuparse, mas aun, si conciben a la poca asistencia a este tipo de eventos como sinónimo de “bajo nivel cultural” —obviamente, es un barbarismo esta frase, porque no existen los niveles culturales, sí, las diferencias culturales—, o en el peor de los casos como desprecio a la actividad propia de la literatura. Y en segundo lugar, extiéndase que una cosa es la Teoría de las Inteligencias Múltiples, y otra es el enfoque que en esta oportunidad me permito explicar, a partir de ella y para interpretar, en parte, este fenómeno de la poca asistencia a eventos literarios en la ciudad de Chiclayo. Aunque tengo entendido que es un fenómeno que se da en otros lugares, quizá, en todos los lugares donde se programan eventos y actividades de este tipo. Como Gardner afirma, fue a partir de la observación de los estudiantes más sobresalientes de distintas instituciones educativas de prestigio del primer mundo, lo que lo llevó a estudiar la inteligencia humana. Se observaron casos en que estudiantes que ocuparon primeros puestos en sus centros de estudios, sin embargo, en sus centros laborales se envolvían en conflictos con sus compañeros de trabajo, y en sus vidas privadas, de igual manera, con los miembros de su familia, constantemente se involucraban en un sinnúmero de conflictos, muchos de ellos con resultados fatales. En el otro extremo, estudiantes que fueron considerados poco inteligentes o fracasados en sus respectivos centros de estudios, en la vida laboral y en la vida privada, demostraron éxitos insospechados. Entonces surge la pregunta, ¿Si son muy inteligentes, por qué actúan de esas maneras? Al obtener respuestas no muy convincentes, surge una segunda y muy importante pregunta: ¿Qué es la inteligencia? Gardner, anota diversas nociones de inteligencia, tales como: “no existen como entidades físicamente verificables”, satisfacen determinadas especificaciones biologías y sicológicas”, son sólo construcciones científicas de utilidad potencial”, “son procesos y habilidades que son continuos entre sí”, y otras más. Pero concluye en que la inteligencia es difícil de definir, mas aun, es indefinible. Tanto así, que señala una cosa que a muchos de nosotros nos podría parecer un absurdo. El Coeficiente Intelectual (CI) no garantiza ninguna veracidad en sus resultados, por lo tanto, no merece mayor atención ni vale la pena otorgarle mucha importancia. A partir de los descubrimientos que describe en su teoría, Gardner, critica duramente a la escuela moderna, ya que ella, basa sus procesos de enseñanza-aprendizaje, otorgando importancia y promoviendo sólo el ejercicio de dos inteligencias: la lógica-matemática y la lingüística. Es así que en nuestras escuelas, eran bastante promocionados, y sus ganadores compensados, los concursos de matemáticas y de lenguaje. Haciendo sentir al resto de estudiantes, como poco inteligentes o subdesarrollados, y en el peor de los casos, como “burros” e inútiles. Los estudios permitieron observar la existencia de más de dos inteligencias. Para Gardner, son siete (7) inteligencias. A saber: • Inteligencia Cinestésico-Corporal.- Habilidad para emplear el cuerpo en formas diferenciadas y hábiles. • Inteligencia Lingüística.- Habilidad para emocionar, convencer, estimular, transmitir información o complacer mediante el uso de la palabra escrita o hablada. • Inteligencia Lógico-Matemática.- Habilidad para declarar y operar con entidades abstractas, no lingüísticas. • Inteligencia Espacial.- Habilidad para crear y recrear imágenes mentales de hechos reales o irreales. • Inteligencia Inter-Personal.- Habilidad para discriminar entre los individuos a su alrededor y para descubrir sus distintos estados de animo. • Inteligencia Musical.- Habilidad para crear y recrear tonos, timbres y ritmos musicales. • Inteligencia Intra-Personal.- Habilidad para descubrir y simbolizar conjuntos complejos y altamente diferenciados de sentimientos. A parte de estas 7, ya consideradas inteligencias, menciona otras dos que aun no pueden considerarse tales, porque los estudios y observaciones realizados, no satisfacen las exigencias requeridas. Estas dos —posibles futuras— inteligencias son: La naturalista y la del sentido del Yo. Incluso se menciona a una tercera, que sería la inteligencia sexual. Es entendible que surjan inquietudes en torno a cuál de las inteligencias es superior. Los teóricos afirman que ninguna es superior a otra. Todas ellas tienen igual importancia y aportan por igual a la satisfacción de las necesidades de cada individuo, y por ende, puede entenderse que aportan a la satisfacción de las necesidades de la sociedad humana. Sabiendo que la inteligencia humana es indefinible, para cumplir con los requisitos de todo trabajo académico, Gardner, menciona una idea que puede concebirse una noción y más o menos poder guiarnos a la hora de señalar a qué inteligencia o qué inteligencia posee tal o cual individuo. Esta idea sugiere que una inteligencia es la capacidad y habilidad para descubrir, crear, solucionar o superar los obstáculos que interfieren con la subsistencia del individuo, logrando así, satisfacer diversas necesidades. Además, cada individuo tiene las 7 o más inteligencias en su información genética; lo que sucede es que una o más de una —por lo general, más de una—, es la más desarrollada y la que más se manifiesta en su cotidianidad y las múltiples actividades que realiza para satisfacer sus necesidades. A partir de esta teoría, entonces, podemos explicarnos la poca asistencia a este tipo de eventos —literarios—. Pues, las personas que participan, son personas que poseen la inteligencia lingüística. Ello, obviamente, no impide que sujetos con otras inteligencias no acudan a este tipo de eventos. Pero, como mencioné en un inicio, son casos excepcionales. “Toda inteligencia se puede aplicar en un amplio abanico de ámbitos culturales” señala Gardner. Esto es, si la inteligencia lógico-matemática es valiosa en nuestra cultura; en otra, puede tenerse como de segundo orden o quizá de muy poco o nulo valor. Así puede suceder con cada una de las inteligencias mencionadas. Por otro lado, se menciona a la triada “Inteligencia-ámbito-campo”. La primera sugiere a cada individuo con su propio perfil de capacidades y valores; el segundo, los ámbitos para estudiar y dominar algo que existen en una cultura determinada; y tercero, los juicios emitidos por los conocimientos organizados que se consideran como componentes de la cultura determinada. En conclusión, no basta que el individuo posea determinada inteligencia, además, es necesario que la cultura a la cual pertenece, le permita y estimule a utilizar y explotar esa inteligencia, así como, que las autoridades en esa materia en particular, estimen sus actos, esfuerzos, actividades y dedicaciones como acciones valiosas e importantes para la sociedad en la que se insertan. Que el quehacer literario, en comparación a otras actividades, no sea una actividad masiva en nuestra cultura, entonces, no es motivo de preocupación. (Ponencia que presenté en el auditorio del Instituto Nacional de Cultura de la ciudad de Chiclayo, el día 08 de setiembre del 2005, en un evento de literatura regional)

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