domingo, 26 de junio de 2016

EL DISCURSO DEL ANTIVOTO



Consideramos que el denominado “antivoto”, es aquel voto que ha sido emitido a favor de un candidato determinado, pero no porque esté de acuerdo con sus propuestas proselitistas o con su plan de trabajo, sino, que es un voto que ha sido tomado como una opción o un mecanismo para decir “NO” al otro candidato[1]. Como no quiero que gane A, voto por B; y viceversa. Resultado: tenemos un candidato ganador, pero, entrecomillas. 



¿Por qué? Porque no ha ganado su propuesta política, no ha ganado su discurso, no ha ganado su plan de trabajo. Ha ganado, porque ha perdido el otro candidato. Ha ganado, porque los electores no quisieron que gane la otra opción. Ha ganado, porque inevitablemente, tenía que ganar una de las dos opciones. Triste, lamentable, tragicómico.

No obstante, de alguna extraña manera, se ha generado una corriente de opinión sobre el antivoto, señalando que solo ha sido hacia Keiko Fujimori (candidata de Fuerza Popular), y no hacia Pedro Pablo Kuczinsky (candidato de Peruanos Por el Kambio). Es decir, como si el antivoto solo ha sido contra Keiko, y no contra Kuczinsky. Solo Keiko, como oferta electoral, es rechazada por un porcentaje de electores, y no Kuczinsky.

Veamos. En la primera vuelta, Keiko obtiene el 39.86%[2] de los votos válidamente emitidos; mientras que Kuczinsky, el 21.05%[3]. Y en la segunda vuelta, Keiko suma 10 puntos porcentuales, mientras que Kuczinsky, suma 30. Kuczinsky obtiene el 50,12%[4] de los votos válidos, y Keiko, el 49,88%[5]. En cifras absolutas, la diferencia es de 41,057 votos.

Entonces, si ensayamos la hipótesis de la fidelidad hacia un candidato, manteniendo los mismos votos en ambas vueltas electorales; para la segunda vuelta tenemos que, aproximadamente, el 30% de los votos válidos, fueron antivoto a favor de Kuczinsky, y un 10%, a favor de Keiko. En otros términos, en la segunda vuelta, 2,440,807 de electores votaron por Keiko porque no quisieron que gane Kuczinsky; y 5,368,276 lo hicieron por Kuczinsky, porque no quisieron que gane Keiko.

Lo que tenemos es que Keiko tiene el doble de rechazo que Kuczinsky. Ello, es una hipótesis.

¿Por qué? Porque esos millones de ciudadanos que votaron por Keiko, no necesariamente lo hicieron para evitar que ganara Kuczinsky; y viceversa, esos millones de ciudadanos que votaron por Kuczinsky, no necesariamente lo hicieron para evitar que ganara Keiko. No puede saberse. No puede verificarse. Solo son hipótesis. Imaginaciones, creencias, especulaciones; a lo mucho, interpretaciones deliberadas que podrían estar al servicio de alguna de las preferencias en cuestión. 

El discurso del antivoto, es un discurso más, que forma parte de las estrategias de la guerra proselitista en todo proceso electoral.




[1] He buscado fuentes que ensayen la teoría del “antivoto”, a fin de emplear una definición más o menos consensuada en términos académicos; pero no la encontré. Al parecer, es una categoría creada por las entidades encuestadoras; pero tampoco encontré a cuál de ellas le corresponde el crédito. He observado que se utiliza el término “antivoto”, como sinónimo de “rechazo” a una opción electoral determinada. En el presente artículo, empleamos esa acepción.
[2] 6,115,073 votos a favor de Keiko, en la primera vuelta.
[3] 3,228,661 votos a favor de Kuczinsky, en la primera vuelta.
[4] 8,596,937 votos a favor de Kuczinsky, en la segunda vuelta.
[5] 8,555,880 votos a favor de Keiko, en la segunda vuelta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario